Según el estudio elaborado por el Instituto Cerdà sobre reciclado y valorización de residuos en la industria cementera en España la industria cementera evitó la emisión de 850.000 toneladas de CO2 en 2012.
La valorización energética de residuos en fábricas de cemento evitó el envío a la atmósfera de 850.000 toneladas de CO2 en 2012, lo que supone un ahorro de casi 390.000 toneladas equivalentes de petróleo, energía comparable al consumo anual de 550.000 hogares. Estos datos se recogen en la última actualización del “Informe sobre reciclado y valorización de residuos en la industria cementera en España”, elaborada por el Instituto Cerdà y presentada por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (CEMA). Además, el informe refleja que durante 2012, en las 28 de las 35 fábricas de cemento que operan en España, se valorizaron cerca de 795.000 toneladas de residuos, lo que equivale a un 25% de sustitución de la energía empleada por los hornos de cemento.
Esta última edición del estudio, que se ha presentado hoy en la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, responde a la iniciativa creada en 2009 de contar con un observatorio permanente sobre la evolución de la valorización de residuos en fábricas de cemento, incluyendo además, información exhaustiva por comunidades autónomas.
El informe recoge que en Castilla y León, durante 2012, las casi 50.000 toneladas de residuos utilizadas como combustible en las 3 fábricas de cemento instaladas en la región, evitaron la emisión de 56.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. Estas plantas, operadas por las empresas Cementos Cosmos, Cementos Tudela Veguín y Cementos Portland Valderrivas, se encuentran situadas en las localidades de Toral de los Vados y La Robla, en la provincia de León, y de Hontoria, en Palencia, respectivamente.
“Las plantas de cemento son una alternativa para la gestión de residuos, ya que por las características de su proceso productivo, pueden reciclar y valorizar energéticamente residuos en condiciones técnicas y ambientales óptimas, con las máximas garantías de seguridad y salud”, ha explicado el director de Proyecto del Instituto Cerdà, Albert Bel Beneyto.