Las empresas cementeras catalanas han firmado con la Generalitat un nuevo acuerdo voluntario para la prevención y el control de la contaminación, renovando así el adquirido entre 2002 y 2010. Entre otros objetivos, el acuerdo prevé un plan para reducir gradualmente las emisiones de dióxido de carbono de forma gradual hasta sustituir el 40% de los combustibles fósiles utilizados en 2015 por otros procedentes de residuos.